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Al igual que muchos de estos restaurantes son antiguas casas típicas (o no tan típicas) canarias que han rehabilitado para usarlas como restaurante, por eso no os extrañeis si acabais comiendo en un antiguo dormitorio como fue nuestro caso.
Sobre la comida: fue muy buena pero cara. El sitio es de esos que puedes probar comida típica del lugar pero a precios bien subiditos. Nosotros comimos unos entrantes de pan con tomate con jamón iberico, una tablita de quesos, un plato principal cada uno, postre y refrescos (ni siquiera tomamos vino) y nos cascaron unos 30 € por cabeza. Eso si la comida impecable y el servicio muy amable.
Si entrais no os va a defraudar, pero que sepais que no va a ser barato. Pero es que la gran mayoría de los restaurantes de la zona son así.
Kikito de la Calzada